En pleno latido de Barcelona, en las Ramblas que tantos han caminado sin mirar, Irma Aleu y Rosa Viñets nos invitan a hacer una pausa, a ver lo que siempre estuvo ahí y nunca supimos mirar. Reformaron un edificio como quien rescribe un poema: con respeto por lo que ya decía, pero agregando versos nuevos. Aquí, las líneas limpias abrazan la historia, la luz se desliza entre volúmenes renovados, y las texturas dialogan entre pasado y presente. Es un edificio que se sabe del lugar pero que se atreve a reinventar cómo se habita en el centro del mundo.